La verdad sobre la pérdida de peso revelada: qué estás haciendo mal

25.02.2025 10:15

¿Has estado a dieta durante años, contando cada migaja, pero el peso sigue volviendo?

Todo es porque no estás jugando con las reglas correctas. El hambre es estrés para el cuerpo.

Cuando reduces drásticamente las calorías, tu cuerpo entra en modo economía: ralentiza tu metabolismo y almacena cada gramo de grasa para un día lluvioso. ¿Resultado? Pierdes músculo, agua, pero no grasa, y luego te descompones y ganas aún más.

Alimento
Foto: © Belnovosti

Para perder peso de forma permanente, debes hacerte amigo de tu metabolismo. Come 4-5 veces al día en porciones pequeñas: así evitarás los dolores de hambre.

Por ejemplo, desayuno con avena y huevos, merienda con manzana y nueces, almuerzo con trigo sarraceno y pescado, merienda - requesón, cena - verduras y pavo.

Añade proteínas a cada comida: tardan más en digerirse y preservan los músculos, que queman calorías incluso en reposo.

Las grasas no son enemigas. Los frutos secos, los aguacates y el aceite de oliva ayudan al equilibrio hormonal.

Por ejemplo, una ensalada con aguacate y semillas de lino te llenará más que un yogur bajo en grasa.

Los carbohidratos también son necesarios, pero elige los complejos: trigo sarraceno, avena, pan integral. Aportan energía para todo el día y no provocan hambre repentina.

El sueño es tu arma secreta. La falta de sueño aumenta los niveles de cortisol, lo que desencadena el aumento de peso.

Acuéstate antes de las 23:00 horas, duerme a oscuras y sin aparatos. Si esto no funciona, prueba ejercicios de respiración antes de acostarte: 5 minutos de inhalaciones profundas por la nariz y exhalaciones por la boca.

Y olvídate de "no comer después de las seis". Si te vas a dormir a medianoche, este enfoque sólo te traerá daño. Cene 3 horas antes de acostarse, pero no pase hambre.

Por ejemplo, verduras guisadas con pollo o sopa de puré de calabaza. Y si te apetece algo dulce por la noche, come un trozo de chocolate negro: es mejor que sufrir y desmoronarse a las 2 de la madrugada comiendo un pastel.

Muévete como quieras. No es necesario que te agotes en el gimnasio si odias la cinta de correr. Baila, camina, juega con tus hijos: cualquier actividad funciona.

Incluso 10 minutos de saltos al ritmo de la música quemarán más calorías que una hora de caminata aburrida. Y no olvides el poder de los pequeños pasos: comienza con 5 sentadillas al día y aumenta la carga gradualmente.

Igor Zur Autor: Igor Zur editor de recursos de internet


Últimas noticias

Principales noticias

Todas las noticias