Imagínate cortando un pastel esponjoso con un cuchillo y el aroma de vainilla y canela llenando la cocina.
El primer bocado se derrite literalmente en la lengua, dejando un regusto que te hace querer cerrar los ojos y suspirar.
Si crees que un postre así sólo lo puedes probar en una pastelería cara, estás equivocado.

El secreto de una tarta perfecta está en los detalles que incluso los chefs más experimentados ocultan. Y ahora aprenderás cómo repetir este milagro en casa.
Empecemos con la prueba. Tome harina de primera calidad y tamícela dos veces. Esto saturará la masa con oxígeno y la textura se volverá ingrávida.
Añade una pizca de ácido cítrico a los ingredientes secos: el bicarbonato lo "apagará" durante la cocción, pero tendrá tiempo de ablandar las migas.
El secreto principal: amasar la masa con las manos frías. Si sus palmas están calientes, enfríelas bajo el agua o use una cuchara.
La grasa de la masa (mantequilla o margarina) no debe derretirse antes de meterla al horno; así la tarta crecerá de manera uniforme.
Ahora el relleno. Si usa fruta, espolvoréela con almidón: absorberá el exceso de jugo y el fondo no quedará empapado.
Para la tarta de manzana, añade miel a las rodajas en lugar de azúcar: se carameliza durante la cocción y crea una corteza crujiente.
Aquí tienes un truco para preparar el relleno de requesón: bate el requesón no con huevos, sino con crema agria. La consistencia se volverá cremosa y la acidez de la crema agria eliminará el dulzor.
Precaliente el horno más de lo habitual: hasta 200 grados. Coloque la tarta en la rejilla inferior durante los primeros 10 minutos para permitir que la base se asiente, luego muévala a la rejilla del medio.
Por último, puedes encender la parrilla superior durante un par de minutos para obtener una corteza dorada. Pero no abras la puerta durante los primeros 20 minutos: el cambio de temperatura hará que la masa “baje”.
Ahora viene el ingrediente secreto que lo cambia todo. Añade una pizca de pimienta negra a la masa dulce.
No le dará un toque picante notable, pero realzará el sabor a vainilla y canela. En tartas saladas (por ejemplo, con carne), pruebe agregar una gota de jugo de naranja al relleno: el ácido cítrico suavizará el contenido de grasa y le dará un toque picante.
No corte inmediatamente el pastel terminado; déjelo enfriar durante 40 a 60 minutos. De esta manera el relleno se “asentará” y las piezas no se desharán.
Sirva con un agregado inesperado: para una versión dulce, agregue una bola de helado con aceite de oliva y sal (esto resaltará las notas de caramelo), o para una versión salada, agregue miel y nueces.
Y un último consejo: aunque la tarta no te parezca lo suficientemente bonita, espolvoréala con azúcar glas a través de un colador o decórala con bayas frescas. El sabor seguirá siendo divino y la apariencia será perfecta.
¡Ahora ya sabéis lo que los chefs guardan en secreto: solo queda probarlo en la práctica!