Los productos comprados en tiendas no siempre agradan por su calidad.
Por ejemplo, un corte de lomo de excelente apariencia puede tener un sabor tan duro como una suela de goma.
Sin embargo, esta no es una razón para dejar de cocinar chuletas, carne y queso, o cualquier otro plato que planee servir para la cena.
El bicarbonato de sodio vendrá al rescate en tal situación: un polvo que generalmente se usa para hornear puede hacer que la carne de res o de cerdo dura sea suave y tierna.
Para hacer esto, deberá preparar una solución de refresco: para 1 litro de agua fría necesitará 1 cucharadita de refresco.
Sumerge la carne en la solución resultante y déjala allí durante al menos 15 minutos.
Ya solo queda lavar la carne con agua corriente del grifo y ya puedes empezar a cocinar.
Por cierto, este mismo truco te será útil si planeas cocinar un juego. Pero remojar alces, venados y otros similares llevará mucho más tiempo: de 2 a 3 horas.