Hacer el caldo perfecto es una tarea realmente difícil.
Aún así, debes recordar la proporción de ingredientes para que la sopa no quede demasiado líquida ni demasiado espesa.
Lo más importante es elegir la proporción adecuada de carne y agua, que debe ser de 1 a 2.
Por ejemplo, por un kilogramo de carne es necesario tomar 2 litros de agua.
También debes elegir la carne adecuada. Es mejor tomar el producto con hueso.
Incluso los trozos de carne fibrosos servirán, ya que le dan al caldo un sabor más rico.
Puedes elegir cualquier carne o ave.
El caldo de pollo será más útil, ya que dicho plato se absorbe mejor, elimina las sustancias nocivas y el colesterol del cuerpo, ayuda a recuperar las fuerzas después de una enfermedad y también mejora la digestión.
Pero si desea preparar caldo a base de pollo, no debe elegir un pollo para asar con carne, sino una sopa de pollo más fibrosa.