Comer un refrigerio antes de acostarse realmente no es muy bueno para el cuerpo, especialmente si el dueño de ese mismo cuerpo está esforzándose por perder peso.
¿Pero qué pasa si la sensación de hambre es tan fuerte que estás dispuesto a romper cualquier barrera en el camino hacia el refrigerador?
En lugar de eliminar dulces o snacks que seguramente te provocarán kilos de más, hinchazón y problemas digestivos, intenta sustituirlos por alimentos “saludables”.
Se pueden consumir con seguridad entre 40 y 60 minutos antes de acostarse. Lo principal es mantener la moderación y no comer en exceso.
Los huevos son una excelente fuente de proteínas, que te mantienen saciado durante mucho tiempo. Lo principal es elegir el método de cocción adecuado. El refrigerio ideal antes de acostarse son unos huevos cocidos o al horno con un pequeño trozo de queso bajo en grasa.
El requesón es otra excelente opción para un refrigerio nocturno. Elige opciones con bajo contenido de grasa (2-5%), pero no te dejes llevar por el requesón bajo en grasa, ya que contiene menos vitaminas y microelementos.
El kiwi no sólo es una fruta sabrosa sino también saludable. Contiene serotonina, que favorece la producción de melatonina y mejora la calidad del sueño. Además, el kiwi es rico en fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión.
El aguacate es una fuente de grasas saludables y fibra. Se satura rápidamente y no se acumula en forma de kilos de más.
Si quieres algo dulce, sustituye los postres por bayas. Contienen melatonina, que mejora el sueño, y son bajos en azúcar. Las cerezas, las fresas, los arándanos y las grosellas son excelentes opciones para una merienda por la noche.