Durante el embarazo, muchas mujeres experimentan un aumento de peso, lo cual es normal mientras el cuerpo se prepara para el nacimiento de un bebé.
Sin embargo, después de dar a luz, muchas madres jóvenes tienen dificultades para perder peso.
Por supuesto, esto les pone nerviosos, pero no hay motivo para entrar en pánico; más bien, es mejor tener paciencia.
El caso es que durante el embarazo el aumento de peso es la norma: en promedio, una mujer puede agregar entre 9 y 14 kilogramos, algunos de los cuales son el propio bebé, líquido amniótico y un útero agrandado, mientras que la otra parte es tejido adiposo.
Se acumula, por regla general, en el abdomen y los muslos, protegiendo al feto y proporcionando energía adicional para la supervivencia de la madre y el niño. Este proceso está previsto por la naturaleza y no tiene sentido luchar contra él.
El embarazo, como sabemos, dura 9 meses y sería ingenuo esperar una recuperación en un corto período de tiempo: tomará al menos el mismo tiempo.
¿Qué hacer si no puedes perder peso?
La respuesta es sencilla: deja de lado el pánico que te provoca el “aumento de peso”, no te dejes llevar por dietas estrictas y centra tu atención en la maternidad y la mejora de tu bienestar.
