Según los científicos, el sueño y la dieta están indisolublemente ligados.
Se trata de hormonas, más precisamente, de la melatonina, que controla el sueño. Se produce en el cerebro y su cantidad y eficacia dependen de la nutrición.
Uno de los factores clave que afectan los niveles de melanina es el consumo de la proteína triptófano.
Otros nutrientes beneficiosos para el sueño incluyen las vitaminas B y el magnesio, que favorecen la absorción de triptófano.
¿Cómo puede el cuerpo obtener estas sustancias? Por supuesto, con productos.
Un ejemplo de un alimento saludable es la leche caliente, ya que la leche no sólo contiene triptófano, sino también magnesio y vitamina B.
Las sustancias necesarias que ayudan a la absorción del triptófano también se encuentran en los frutos secos.
Otra excelente fuente de triptófano y vitamina B es el pescado.
Por último, las legumbres –frijoles, lentejas, etc.– también son ricas en estos elementos.
