Se puede hervir hígado de cerdo o ternera. O puedes freírlo.
Tanto en el primer caso como en el segundo se puede conseguir un plato muy sabroso.
¿Por qué "puede"? ¿Por qué no hay garantía de que la comida salga perfecta?
Porque muchos cocineros aficionados se olvidan de preparar el hígado para el tratamiento térmico.
Cortan el producto e inmediatamente ponen los trozos resultantes en una cacerola o sartén.
El resultado puede ser un plato con un regusto amargo desagradable y muy difícil de masticar.
Para evitar que esto suceda, el hígado debe lavarse adecuadamente y retirarse de las películas. Además, es recomendable rellenar el producto con una bebida conocida.
Qué hacer con el hígado antes de hervirlo o freírlo
Coloque trozos del producto (o el producto entero) en un recipiente hondo y llénelo con leche.
No es necesario precalentar la bebida blanca. Pero tampoco conviene utilizar uno demasiado frío. Por tanto, saque la botella de leche del frigorífico con antelación.
Una hora de remojo será suficiente para preparar completamente el hígado para el tratamiento térmico. Seguramente el plato quedará tierno y muy sabroso.