Antes de poner la pasta en agua hirviendo, la mayoría de las amas de casa salan el líquido.
Agregar cloruro de sodio al preparar una guarnición se considera estándar y obligatorio.
Sin embargo, los chefs experimentados recomiendan no utilizar sal al cocinar pasta.
La especia debe sustituirse por otro aditivo. Y luego el plato adquirirá un aspecto más interesante y resultará increíblemente apetitoso.
Cómo reemplazar la sal
En lugar de agregar sal al agua hirviendo, debes echarle un cubito de caldo.
Una vez que el aditivo se haya disuelto, puedes agregar pasta al líquido.
Se necesita el mismo tiempo para cocinar el plato en el caldo resultante que en agua con sal.
Una vez completada la cocción, obtendrá una guarnición inusual.
Primero, el cubo de caldo hará que la pasta se vuelva amarilla. El plato quedará muy apetitoso.
En segundo lugar, los gourmets no quedarán decepcionados con el sabor de la guarnición. La pasta adquirirá un sabor inusual, brillante y muy agradable.
Hay suficiente sal en el cubo de caldo para que el plato no quede soso.