A veces falta un pequeño detalle que convertiría una cena normal y corriente en una obra de arte culinaria.
Por eso, nos atrevemos a esperar que los sencillos consejos que compartiremos hoy contigo sin duda te sean de utilidad.
Primero, hablemos de cebollas y ajos. ¿Sabías que con el tiempo pueden perder su sabor y aroma?
Por esta razón, no debes utilizar media cebolla que haya estado en el frigorífico durante una semana para cocinar; empieza con la cebolla y el ajo en el último momento.
Otro truco para estas verduras es que si necesitas quitarles un poco de picante, remoja la cebolla o el ajo en una solución de 1 taza de agua y 1 cucharada de bicarbonato de sodio antes de agregarlos a un plato, luego enjuaga bien.
Ahora sobre las grasas frescas: mantequilla o aceite vegetal, nueces y otros productos. Rancios, pueden arruinar el sabor de cualquier plato.
Para evitarlo, minimice su contacto con la luz y el oxígeno.
También te contamos cómo conseguir productos fritos con corteza dorada, que sin duda son mucho más sabrosos que los habituales.
Para conseguir este resultado, añade una pizca de azúcar a la sartén con pollo o verduras.
Por último, te contamos cómo hacer que el olor de las hierbas y especias secas “despierte” y así hacerlas aún más sabrosas. Lo único que tienes que hacer es sofreír los condimentos durante 1-2 minutos con un poco de aceite.