Definitivamente no hay nada difícil en diluir la gelatina.
Deberá disolverlo en agua fría, agregar la cantidad necesaria de líquido y calentarlo.
Sin embargo, a veces, incluso cuando todos los pasos anteriores se realizan sin problemas, el resultado en forma de plato fallido no es nada agradable.
Lo que pasa es que en el proceso de diluir la gelatina las proporciones son importantes.
Por ejemplo, si quieres conseguir una “gelatina temblorosa”, necesitarás 20 g de gelatina por litro de agua. Para la gelatina que se puede cortar con un cuchillo, se necesitan entre 40 y 60 g para el mismo volumen de agua.
Además, es necesario seguir una serie de reglas. Por lo tanto, no puedes llevar la gelatina a ebullición, de lo contrario la privarás de todas sus cualidades gelificantes.
A menudo, las amas de casa, para acelerar el proceso, ponen la mezcla de gelatina en el congelador, lo que tampoco vale la pena: simplemente cristalizará.
Y la regla más simple, pero quizás la más importante, es no ignorar las fechas de vencimiento. A pesar de que la gelatina se hinchará y disolverá en cualquier caso, el plato puede estropearse con un regusto desagradable.
