La fritura de chuletas, empanadillas, nuggets y otros productos suele ir acompañada de un chorro de chorros de aceite caliente.
Esto no es sorprendente: se supone que las piezas de trabajo deben colocarse en la sartén cuando su superficie esté lo suficientemente caliente, y la entrada de la más mínima gota de agua provoca salpicaduras que vuelan en todas direcciones.
No puede protegerse de la grasa caliente con una tapa; de esta manera, el plato en la sartén no se freirá, sino que se guisará.
Esto significa que el resultado de la cocción no cumplirá con sus expectativas.
¿Qué debes hacer para protegerte de las quemaduras y de que las paredes y muebles de la cocina caigan sobre ellos de gotas de grasa y su posterior limpieza?
La respuesta es simple: si no puedes usar tapa, usa un colador.
Por supuesto, no debe ser plástico, que se derretirá inmediatamente al colocarlo en una sartén caliente, sino metal.
De esta forma el plato seguirá friéndose en la sartén, pero las salpicaduras no podrán salir de la sartén.