Si decides complacer a tus seres queridos con una tarta casera, seguro que te encantará la receta de una deliciosa crema elaborada con dos ingredientes.
¿Interesado? Abastecerse rápidamente de una lata de leche condensada y un paquete de mantequilla y podrá empezar a cocinar.
Combine la leche condensada y la mantequilla en un recipiente adecuado. Importante: el aceite debe estar a temperatura ambiente, así que asegúrate de sacarlo del frío con antelación.
Con una batidora, bata los ingredientes de la crema hasta que quede suave.
Solo queda enfriar la masa resultante y puedes utilizarla para engrasar las tartas.
Si te gusta la crema de leche condensada, puedes probar la versión licorosa.
Para ello, como en el caso anterior, batir 200 g de mantequilla blanda con 100 g de leche condensada. Sin parar la batidora, vamos añadiendo poco a poco 2 yemas.
Todo lo que hay que hacer es verter 30-50 g de licor en el bol y la crema con un sabor y aroma inolvidables estará lista.