A pesar de que la pasta se sirve a menudo como guarnición, no todas las amas de casa conocen las reglas para prepararla.
Antes que nada, conviene aclarar que a la pasta le encanta la sal.
Por tanto, los espaguetis conviene sumergirlos en agua hirviendo y muy salada.
Ahora espera a que el líquido vuelva a hervir y… ¡apaga el fuego debajo del cazo!
Tapar el recipiente en el que se cocinó la pasta con tapa y dejar así unos 7-8 minutos.
Solo después de esto podrás deshacerte del líquido arrojando la cena futura en un colador. Es mejor olvidarse de barbarie como lavar la pasta; con este método de cocción, este procedimiento no es necesario.
Ya sólo queda volver a poner la pasta en la cacerola y añadir mantequilla. No es necesario escatimar: siéntete libre de echar entre 50 y 100 gramos en los platos.
Después de esto, podrás llevar a la mesa una deliciosa pasta con la consistencia adecuada y un sabor cremoso.