La miel se considera uno de los dulces más saludables. Esto no significa que puedas comerlo en cantidades ilimitadas.
Sin embargo, los mitos sobre este producto se transmiten de boca en boca e incluso la gente educada cree en ellos.
Te contamos qué afirmaciones sobre la miel no son ciertas.

La miel natural no cristaliza
El concepto erróneo más popular que puede jugarle una broma cruel a tu salud.
La cristalización de la miel natural es un proceso natural que depende únicamente de la composición del producto y de las condiciones de almacenamiento.
Se cree que la miel de flores y de tilo se vuelve espesa un par de meses después de su recolección.
Al mismo tiempo, la miel de acacia y de castaño puede permanecer líquida hasta un año.
La miel oscura es más saludable que la miel clara.
Otra afirmación que no tiene nada que ver con la verdad.
No es el color lo que determina la utilidad de la miel, sino las plantas melíferas.
Por ejemplo, el trigo sarraceno (oscuro) contiene hierro y otros microelementos.
Tilo (claro), contiene sustancias que tienen un efecto antiinflamatorio.
También es necesario tener en cuenta las condiciones en las que crecen las plantas de miel, la madurez del producto y las condiciones de almacenamiento.
Una panacea para todas las enfermedades
La ciencia ha demostrado que la miel tiene propiedades antisépticas, antiinflamatorias e inmunomoduladoras.
Pero no cura, sólo es parte de una dieta saludable.
La miel no puede reemplazar a los medicamentos, especialmente aquellos que se toman para tratar enfermedades crónicas.
También es importante recordar que cualquier producto, incluso el más útil, puede tener contraindicaciones, por lo que no sería mala idea consultar con un médico sobre cualquier tema que te preocupe.