¿Has eliminado la pasta de tu dieta porque has decidido perder unos kilos de más?
Bueno, en vano: este producto no afecta el peso.
Es cierto que esta afirmación funciona para determinadas pastas.
Así, se considera que los productos más dietéticos son aquellos para cuya elaboración se utilizó harina del grupo A, es decir, harina de trigo duro.
Si ve una marca de "durum" o "duro" en el paquete, también puede ponerlo de forma segura en su cesta.
Esta marca se utiliza para designar productos importados similares.
Estas pastas contienen una gran cantidad de fibra y vitaminas, y además tienen un índice glucémico bajo.
¿Qué significa? La respuesta es simple: después de almorzar o cenar con esta guarnición, no habrá un salto brusco en los niveles de azúcar en sangre.
Te sentirás lleno y tu peso seguirá siendo el mismo.
Lo principal es no abusar de ninguna pasta, ni siquiera de las saludables. El peso de la ración debe ser de 200 a 250 g (listo).
Y por supuesto, utiliza los suplementos adecuados. Las mejores opciones son la salsa de tomate o el queso añejo.
En cuanto a las pastas elaboradas con harina del grupo B (mayor calidad), contienen menos nutrientes. Sin embargo, son excelentes para pacientes que padecen enfermedades del tracto gastrointestinal, así como para aquellas personas que, por determinados motivos, deben abandonar la fibra.
Finalmente, la pasta elaborada con harina del grupo B es, en el lenguaje de los nutricionistas, puro veneno, ya que su composición está representada por carbohidratos puros refinados. Esto significa que seguramente afectarán el estado de tu figura.