Los defensores del ayuno intermitente se enorgullecen de perder peso sin sacrificar masa muscular, combatir la inflamación e incluso desencadenar la autofagia (que retarda el envejecimiento y reduce la probabilidad de desarrollar diversas enfermedades).
Todo esto sin duda suena atractivo. Pero antes de unirse a las filas de los “intervalistas”, debería saber algo.
A pesar de la variedad existente de esquemas de ayuno intermitente, no existe ninguno que pueda considerarse universal. Debes considerar tus propios objetivos y características: quizás la opción 20:4 te resulte demasiado estricta y un ayuno de 12 horas sea más adecuado, o quizás viceversa.
No puedes predecir cómo te afectará el plan que elijas. Puede que te ponga irritable, por ejemplo, pero eso no significa que el ayuno intermitente no sea adecuado para ti. Intente buscar otros protocolos que le resulten cómodos.
A nuestro cuerpo no le gustan los cambios, incluidos los cambios en el horario nutricional. En respuesta, puede aumentar los niveles de cortisol y se detendrá el proceso de pérdida de peso. Por este motivo, nunca empiece con patrones complejos como 20:4.
La razón, nuevamente, es el estrés. Dado que la mujer es muy vulnerable durante estos períodos, se recomienda cambiar los planes 20:4 y 16:8 a 12:12.
Durante la ventana, debes comer suficientes proteínas de calidad, fibra, carbohidratos complejos y grasas saludables. Los alimentos ultraprocesados no son tu opción.