Quizás todo viajero que ha elegido el avión como medio de transporte se haya dado cuenta de que a bordo la comida adquiere un sabor diferente.
En cualquier caso, esta es la opinión del psicólogo experimental de la Universidad de Oxford Charles Spence, quien cree que el sabor de los alimentos y bebidas durante un vuelo no es el mismo que en tierra.
El científico también está convencido de que la mayoría de los pasajeros comen durante el vuelo no porque les atormente el hambre, sino por aburrimiento.
Por eso Spence recomienda comer bien antes de subir al avión.
Los cambios en el sabor de los alimentos, según el investigador, se deben a varias razones: aire seco en la cabina, baja presión de aire a bordo y fuerte ruido del motor.
A la misma conclusión llegaron los empleados del Instituto Fraunhofer de Física de la Construcción de Alemania, quienes en el curso de un estudio descubrieron que debido al aire seco y la baja presión en la cabina, la sensibilidad de las papilas gustativas a los alimentos dulces y salados disminuye casi en un tercero.
Los factores enumerados también afectan el sabor de los cítricos, pero los productos amargos y ácidos, como dicen, están fuera de toda sospecha.
También se ha comprobado que debido al aire seco el sentido del olfato de una persona se deteriora, lo que afecta la percepción del sabor de los alimentos.
Spence también compartió los mejores y peores alimentos para comer en un avión.
Entonces, debes optar por queso parmesano, champiñones, tomates y jugo de tomate.
Pero hay que renunciar a todo lo dulce, salado o carbonatado.