Si siente que no puede hacer frente a una agenda ocupada o un trabajo estresante, trate de no preocuparse por todos los problemas, reserve media hora para ello y agréguela a su agenda de trabajo.
Esta técnica se conoce como control de estímulos. Los investigadores lo estudiaron durante 30 años y estas son las conclusiones a las que llegaron.
Preocuparse mientras se trabaja no ayuda a resolver el problema, solo empeora la situación.
El profesor Tom Borkovec de la Universidad Estatal de Pensilvania cree que puede ayudar pedir a las personas que dejen sus preocupaciones a un lado para más adelante.
Esto requiere 4 pasos.
1. Tome conciencia de sus preocupaciones y comprenda cuándo exactamente empieza a preocuparse.
2. Reserve tiempo para pensar en estos problemas. Además del tiempo, también es necesario cuidar un lugar adecuado para ello.
3. Si notas que empiezas a preocuparte incluso antes de la hora acordada, intenta posponer los pensamientos negativos hasta la hora acordada. En su lugar, haga todo lo posible para concentrarse en la tarea que tiene entre manos.
4. Utilice el “tiempo de preocupación” para concentrarse en los problemas actuales y cómo resolverlos.
Como resultado, una vez que aprenda a mantener sus emociones bajo control y a dejar de lado los pensamientos negativos para más adelante, podrá trabajar de manera más eficiente y su cuerpo no será susceptible a los efectos físicos del estrés.
Anteriormente hablamos de por qué las personas se engañan entre sí.