Después de cincuenta años, el cuerpo humano sufre cambios importantes que requieren un enfoque especial en la nutrición.
Una dieta adecuadamente seleccionada ayuda a mantener la salud, la energía y la actividad durante muchos años.
Fuentes de proteínas
Carnes magras, pescado, huevos y legumbres se convierten en componentes indispensables del menú diario.
Los alimentos proteicos mantienen la masa muscular, previenen la osteoporosis y fortalecen el sistema inmunológico.
Verduras y frutas
Las verduras y frutas frescas saturan el cuerpo con vitaminas y antioxidantes. Las verduras de hojas verde oscuro son ricas en calcio y hierro.
Las frutas y bayas brillantes protegen las células del envejecimiento prematuro.
Grasas saludables
Los aguacates, las nueces, el aceite de oliva y el pescado graso de mar contienen ácidos grasos omega-3 necesarios para el organismo.
Las grasas saludables apoyan la salud cardiovascular y la función cognitiva.
productos lácteos
Las bebidas lácteas fermentadas, el requesón y el queso aportan al organismo calcio y vitamina D.
Los productos lácteos fermentados mejoran el funcionamiento del tracto gastrointestinal y fortalecen el tejido óseo.
Productos integrales
Las gachas de avena, el pan integral y el arroz integral contienen fibra esencial y carbohidratos complejos.
Los productos de cereales normalizan los niveles de azúcar en sangre y apoyan un sistema digestivo saludable.
Alimentos ricos en calcio
Las semillas de sésamo, las sardinas y el brócoli reponen las necesidades de calcio del cuerpo.
Cantidades suficientes de calcio previenen el desarrollo de la osteoporosis y mantienen la salud dental.
Fuentes de magnesio
Las semillas de calabaza, las espinacas y las almendras ayudan a reponer las reservas de magnesio.
El magnesio regula la presión arterial y reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Productos de vitamina B12
El hígado, los mariscos y las aves compensan la falta de vitamina B12.
Una cantidad suficiente de vitamina B12 favorece el funcionamiento del sistema nervioso y la hematopoyesis.
Alimentos ricos en fibra
Las legumbres, la avena, las peras y las manzanas normalizan la función intestinal.
La fibra dietética ayuda a eliminar toxinas y a mantener un microbioma intestinal saludable.
Régimen de bebida
El agua pura, las infusiones y los jugos recién exprimidos proporcionan el nivel necesario de hidratación del cuerpo.
Una cantidad suficiente de líquido mantiene la elasticidad de la piel y el funcionamiento de los órganos internos.