Por mucho que te limites en la comida, cuentes calorías, camines 20 mil pasos al día o hagas ejercicio hasta el cansancio en el gimnasio, nada de esto te ayudará a adelgazar si estás constantemente estresado.
Es el estrés crónico y la insatisfacción con la vida lo que a menudo le impide perder el exceso de peso.
Por qué el estrés te impide perder peso
La razón es que las hormonas juegan un papel importante en el proceso de pérdida de peso.
El estrés, a su vez, desencadena la liberación de adrenalina y cortisol, que hacen que el cerebro prepare al cuerpo para luchar por la supervivencia.
Pongamos un ejemplo: antes de exámenes u otros eventos importantes, muchas personas pierden el apetito debido a la adrenalina, que redirige la sangre desde los órganos internos a los músculos. Luego el cortisol se activa, aumentando el apetito y animándote a comer alimentos más grasos.
Como resultado, bajo la influencia del cortisol, el cuerpo acumula grasa visceral, la grasa que se deposita alrededor de los órganos internos.
De ahí la conclusión: si te pones un poco nervioso, probablemente tu salud incluso mejore, pero el estrés prolongado tiene graves consecuencias negativas:
- El estrés casi siempre va de la mano de comer en exceso, por lo que los kilos de más están garantizados.
- El riesgo de síndrome metabólico aumenta, lo que significa que el aumento de peso, la resistencia a la insulina y los problemas con el corazón y los vasos sanguíneos están a la vuelta de la esquina.
En resumen: el estrés crónico no sólo afecta el apetito, sino que también contribuye directamente al aumento de la grasa corporal.