¿Sabías que cualquier pan que sirvas puede volverse aún más saludable?
Según la endocrinóloga Zuhra Pavlova , esto se facilita enfriando y congelando este producto.
Por este motivo, antes de consumir un producto horneado conviene colocarlo en el frigorífico o congelador.
El caso es que al hornear pan, el almidón se gelatiniza, por lo que es más fácil de digerir y la glucosa se absorbe más rápido, lo que provoca un aumento de los niveles de insulina.
La baja temperatura hará que las propiedades del almidón, y por tanto del horneado, cambien y sean mucho más beneficiosas para nuestro organismo.
En primer lugar, gracias a este sencillo procedimiento, aumenta la digestibilidad de los nutrientes que componen el pan.
En segundo lugar, el proceso de digestión del producto se ralentiza y, en consecuencia, se prolonga la sensación de saciedad.
Sin embargo, hay una advertencia: en el frigorífico solo se debe conservar el pan elaborado con tecnología artesanal.
Si compró un producto de alta tecnología, este método, lamentablemente, será inútil.
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