No se debe descuidar el desayuno, aunque sólo sea porque determina el grado de saciedad y actividad de todo el día.
Si todavía está convencido de que la primera comida de una dieta es necesariamente blanda y poco apetecible, nos apresuramos a destruir esta opinión errónea.
Pero primero cabe mencionar las cualidades que debe tener un desayuno “dietético”.
Debe ser equilibrado, nutritivo y ligero, y al mismo tiempo tener el contenido calórico adecuado y un bajo contenido en grasas.
La avena cocida con agua, leche desnatada o kéfir cumple estos requisitos. Puedes complementar el plato con nueces, bayas o frutas.
Alternativamente, cocine trigo sarraceno o hierva huevos. Por cierto, también puedes hacer una tortilla al horno con verduras, champiñones o hierbas con huevos.
Para el desayuno también es adecuado un sándwich elaborado con pan integral y carne magra (pavo o pollo).
Por último, puedes hacer un rollito de lavash relleno de pollo hervido, hierbas y yogur natural o un batido con kéfir desnatado y fruta. Las frutas, por cierto, también son adecuadas para preparar una ensalada a base de ellas; lo principal es no ponerle frutas cítricas ni usarlas en cantidades mínimas.