Desde el brillante y rico sabor del Gorgonzola hasta el suave y cremoso Camembert, desde el sabroso Pecorino Romano hasta el suave y versátil Ricotta, vale la pena probar cada uno de estos quesos.
Hoy te contamos cómo combinarlos adecuadamente con otros alimentos y bebidas para conseguir el máximo placer y beneficios.
Gorgonzola
El ejemplo más llamativo del queso azul. Por su color también se le llama queso azul. Si puedes tolerar su aroma agresivo, podrás disfrutar de su maravilloso sabor.
Es rico en vitamina K2 y calcio, por lo que es útil para favorecer la densidad y la salud ósea.
El gorgonzola combina bien con frutos secos y miel, y sabe aún mejor si se añade a una sopa caliente.
queso Camembert
Este queso francés de moho blanco se encuentra a menudo en las vinotecas. Debe su nombre porque se elaboraba en la región de Camembert en Normandía.
Se dice que era uno de los favoritos de Napoleón, este queso tiene una textura cremosa y un sabor sabroso.
El camembert contiene altas cantidades de ácido fólico y se sabe que ayuda a prevenir la demencia.
El sabor se revela doblemente si lo derrites ligeramente y lo untas sobre pan o lo cortas en rodajas finas y lo usas en combinación con vino.
Pecorino Romano
Queso duro italiano elaborado con leche de oveja, producido en la isla de Cerdeña. Se puede rallar y espolvorear sobre un plato o utilizar para hacer salsa.
El sabor picante del Pecorino Romano es tan famoso que existe una receta que exige el uso de este tipo de queso en particular. Contiene mucho más calcio que cualquier otro producto de queso.
Esto lo hace útil para las personas que tienen deficiencia de este mineral en su cuerpo.
Marida perfectamente con sandía, melón, así como con vino tinto o vino blanco seco de taninos fuertes.
ricota
En italiano, ricotta significa "recocinada".
Es fácil de hacer en casa ya que solo necesitas leche, jugo de limón y sal. Recientemente, ha aumentado el número de personas que lo preparan ellas mismas.
Al ser un queso elaborado mezclando leches, contiene una gran cantidad de proteínas.
Además, se sabe que regula los niveles de azúcar en sangre, lo que lo hace beneficioso para las personas con diabetes.
Cubra su baguette con queso ricotta, frutos secos o jamón y rocíe con vinagre balsámico y aceite de oliva para vivir una experiencia verdaderamente celestial. Sobre todo con una copa de vino blanco, que acompaña muy bien a este plato.