A veces no podemos predecir qué consistencia tendrá nuestra mermelada.
A veces resulta demasiado líquido.
No se pueden cocinar productos horneados con ese relleno: simplemente se esparcirá. Los pasteles se ablandarán y perderán su forma.
A menudo se puede escuchar que el almidón ayuda a salvar la situación. Pero es posible que este producto no tenga el sabor más agradable. Hay una forma más interesante, gracias a la cual conseguirás que el relleno quede espeso sin un toque de sabor desagradable.
¿Qué truco ayudará con esto?
Resulta que la sémola común puede corregir la situación. Bastará con añadir tan solo una cucharada del producto por vaso de mermelada.
Primero, coge la mermelada y caliéntala un poco a temperatura ambiente. Luego agrega una cucharada de sémola y trata de llevarla a un estado homogéneo.
La espera cuesta unos 20 minutos.
Luego, debes cocinar la mermelada en la estufa durante 2 minutos. El fuego debe estar bajo para que la mermelada no se queme. Una vez que nuestro relleno se haya enfriado, se puede utilizar de forma segura para hornear.