Después de terminar de cocinar la pasta, queda un líquido turbio en la sartén.
La mayoría de los cocineros simplemente tiran esta agua a la basura, considerándola un desperdicio. Y en vano.
Pocas personas saben que un líquido así puede resultar útil.
El caso es que el agua de la pasta contiene sal y almidón. Esto significa que puede hacer que la guarnición sea más sabrosa y nutritiva.
¿Cómo debe actuar un cocinero?
Después de terminar de cocinar la pasta, no te apresures a tirarla en un colador ubicado encima del fregadero.
Coloque el dispositivo sobre un recipiente para que el agua fluya allí.
Se debe agregar un poco del líquido en conserva a la salsa que planea usar como ingrediente de guarnición.
Puede ser tomate, queso o cualquier otro condimento líquido. El agua de la pasta ayudará a espesarla y hacerla más sabrosa.
Además, el líquido con almidón es un excelente sustituto de la nata, que suele utilizarse como ingrediente en salsas.
Si planeas poner la pasta cocida en una sartén junto con otros ingredientes (por ejemplo, para hacer pasta carbonara), puedes verter un poco de agua de la pasta directamente allí y mezclar bien la masa resultante. El resultado final es un plato increíblemente apetecible.