A primera vista, puede parecer que no puede haber matices ni trucos en el proceso de hervir huevos, porque este tipo de tratamiento térmico parece ser el más simple y común.
Sin embargo, para algunas amas de casa, los huevos duros nunca salen como se desea: el producto es extremadamente reacio a limpiar, se desmorona y pierde una parte considerable de la proteína junto con la cáscara.
Pocas personas saben que esto depende directamente del agua en la que preparó el producto.
¿Qué regla no conocen todas las amas de casa?
Resulta que el agua en la que se hierven los huevos juega un papel importante. Si elige una temperatura del líquido incorrecta, el producto puede estropearse.
Depende de un factor: dónde guardaste los huevos.
Si hace un par de minutos el producto estaba en el frigorífico, entonces es necesario cocinarlo en agua fría. Gracias a esto la calidad de los óvulos no se verá afectada.
Si los huevos han estado esperando más de 60 minutos para cocinarse directamente en la cocina, entonces conviene ponerlos en agua hirviendo.