Existe una regla de oro en la cocina que ayuda tanto a los chefs profesionales como a las amas de casa corrientes.
Muchos cocineros se han preguntado al menos una vez por la temperatura del agua de cocción.
Algunas personas piensan que se necesita líquido hirviendo, mientras que otras están seguras de que es necesario poner la carne en agua fría.
regla de oro
Los cocineros se guían por una regla que ayuda a preparar un rico caldo. La carne y los huesos se deben colocar en agua fría.
En este caso, los productos, al calentarse, liberarán más jugo y colágeno, lo que repercutirá positivamente en la calidad del plato preparado.
Se recomienda cocinar el pollo y llevar a ebullición a fuego lento. Esto hará que el caldo sea más rico y claro. Otro matiz importante es la eliminación oportuna de la espuma.
Carne deliciosa
Sin embargo, no siempre es bueno utilizar agua fría. Se necesita agua hirviendo en los casos en que el objetivo es cocinar una carne sabrosa. En este caso, la proteína y el tejido de la carne se “agarrarán” en la superficie y la carne no perderá su jugo ni su sabor.
