La salsa, preparada de acuerdo con las recomendaciones a continuación, resulta muy tierna, espesa y sabrosa, con notas especiadas.
Para ello lo primero que tienes que hacer es freír los trozos de pollo hasta que estén dorados.
Por cierto, si por alguna razón no comes aves, puedes sustituirlas fácilmente por otras carnes.
Ahora agregue la cebolla finamente picada al contenido de la sartén.
Mientras el pollo y la cebolla hierven a fuego lento en la sartén, llena un vaso con agua y revuelve la harina. Revuelva hasta que todos los grumos se disuelvan.
Envíe esta mezcla a la sartén, luego espere hasta que hierva el líquido, luego cubra el plato con una tapa y, reduciendo el fuego a bajo, cocine a fuego lento durante 25-30 minutos.
Una vez transcurrido el tiempo especificado, agregue sal y pimienta a la futura salsa. No olvides revolver.
Es solo una cuestión de pequeñas cosas: agregue una cucharadita de mostaza a 150 ml de crema agria, revuelva y coloque en una sartén con la carne.
Solo queda mezclar todo, llevar a ebullición, reducir la potencia de la llama al mínimo y cocinar por otros 10 minutos, luego de lo cual se puede apagar el fuego.