A muchos cocineros les encanta cocinar hígado. El caso es que este plato combina varias propiedades positivas a la vez.
De acuerdo, es difícil encontrar un alimento que sea a la vez apetitoso e increíblemente saludable.
Y el hígado frito o guisado tiene exactamente las mismas propiedades: se distingue por la presencia de un sabor brillante, una cantidad considerable de vitaminas y elementos útiles.
Además, el plato contiene mucha proteína. Pero la comida no se puede llamar demasiado grasosa.
Sin embargo, un gourmet que se dedique a preparar hígado puede encontrar un problema. Por eso, el producto suele resultar demasiado duro.
Sin embargo, este problema se puede prevenir. Es muy posible corregir la situación incluso si el plato ya ha adquirido una consistencia inadecuada.
¿Qué producto debo utilizar?
Un producto tan simple y asequible como la leche ayudará al cocinero. Para que el hígado se ablande, primero hay que remojarlo en esta bebida.
El producto crudo hay que cortarlo para que los trozos queden lo suficientemente grandes. De esta forma, el hígado debe colocarse en un recipiente hondo y llenarse con leche.
La duración del tratamiento con “leche” debe ser de al menos media hora. Si sigues esta recomendación, el plato terminado quedará increíblemente tierno.
Cómo “arreglar” un hígado duro
¿Qué hacer si el plato ya está preparado? ¿Es posible “reparar” un plato duro?
Hay una solución muy simple: es necesario "convertir" el hígado frito en hígado guisado. Para ello, basta con verter leche en la sartén en la que se frió la comida. La bebida se puede sustituir por crema agria.
Estofar debería tomar 10 minutos. Es recomendable realizar un “procesamiento” adicional del plato a fuego lento.