Cocinar chuletas es un proceso culinario bastante complejo.
Basta con cometer un error y el plato perderá su sabor brillante y su consistencia normal.
Uno de los errores habituales a la hora de freír un producto cárnico es elegir la temperatura incorrecta para el tratamiento térmico.
Entonces, el fuego puede ser demasiado fuerte o muy débil. Entonces las chuletas se quemarán o retendrán el “queso” en su interior (además, estos dos problemas pueden hacerse sentir a la vez).
Cocinar chuletas exclusivamente a fuego medio tampoco se puede considerar un enfoque absolutamente correcto: el plato puede volverse duro y perder su agradable sabor.
Para cocinar el producto cárnico perfecto, debes utilizar un pequeño truco.
La esencia del truco de vida.
Debes comenzar a cocinar las chuletas a fuego alto. Es recomendable colocar las “arandelas” moldeadas con carne picada en una sartén bien calentada.
Este enfoque garantizará el “sellado” del producto: el alimento conservará todos los jugos y aromas.
Debes reducir el fuego después de un minuto. Y al mínimo. En otras palabras, en la segunda etapa, las chuletas se deben cocinar a fuego lento.
Después de voltear las chuletas, es necesario repetir el truco "60 segundos: fuego alto, luego fuego lento".
En este caso, el plato adquirirá una corteza apetitosa y bonita, quedará jugoso y al mismo tiempo quedará bien frito.