Quienes vivieron la época soviética recuerdan el color naranja brillante que tenía el repollo guisado en las cantinas.
Algunas amas de casa modernas intentan repetir el plato legendario, pero a menudo el resultado es solo un plato pálido con un tinte amarillento.
Los chefs de hoy han adoptado el trabajo de sus predecesores, los han mejorado en algunos aspectos y, sin mucho esfuerzo, preparan el mismo repollo guisado de la cafetería.
En esto ayudan los trucos más simples que cualquier ama de casa puede repetir en su cocina.
Para lograr un resultado ideal, basta con sustituir el ingrediente habitual. El plato no perderá su sabor, pero la apariencia de la golosina mejorará.
Los chefs añaden tomates y pasta de tomate en lugar de zanahorias. Cuanto más cantidad de este ingrediente, más rojo será el color del repollo. Tome 1 cucharada de comida por sartén. l. pasta y unos tomates.
Gracias a este truco, la col guisada adquiere un aspecto apetitoso y un aroma seductor.