Los productos horneados con sabor a cítricos son el regalo favorito de muchos. Sin embargo, no siempre hay naranjas o mandarinas, necesarias para obtener la ralladura.
Además, ¿quién quiere cortarle la piel a una fruta que todavía no piensas comer?
En lugar de hacer tales sacrificios, utilice un pequeño truco y siempre tendrá en stock el ingrediente necesario.
Para ello, no tire las cáscaras de las frutas consumidas.
En su lugar, escalda la piel de los limones y las naranjas con agua hirviendo y trata de eliminar el exceso de partes blancas.
Después de esto, envíalos al radiador, donde podrán secarse adecuadamente.
Las cortezas secas se deben triturar con un molinillo de café y se pueden almacenar vertiéndolas en un frasco de vidrio y cerrándolo con una tapa hermética.
Por cierto, puedes utilizar la ralladura no solo en el proceso de cocción. Algunas personas lo añaden al baño cuando se bañan, mientras que otras llenan bolsas de seda con su ralladura, que puede utilizarse para dar un agradable aroma a la ropa guardada en el armario.