El hígado es un producto saludable, pero no todas las amas de casa pueden preparar un plato tan sabroso.
El caso es que el producto resulta “excelente” si primero sabes cómo procesarlo.
Si usa hígado congelado, después de descongelarlo debe eliminar todo el exceso de agua.
Además, en cualquier caso, el producto debe lavarse, quitarse la película y los conductos biliares, para que no quede amargor.
El ingrediente se debe sumergir en agua caliente durante un minuto.
Puede deshacerse del sabor y olor específicos manteniendo el hígado en leche fría durante dos horas.
Es importante no sobrecalentar el hígado mientras se fríe, de lo contrario el plato quedará seco y duro.
La sal se agrega solo al final de la cocción.
Si desea obtener una delicia más tierna y suave, debe agregar solo una cucharadita de miel o azúcar al freír.
El hígado también se puede guisar o incluso hervir. La última opción es perfecta si necesita agregar dicho componente a ensaladas, guisos o productos horneados.