Este producto está en todas las tiendas, pero incluso los nutricionistas le tienen miedo: la verdad que se te oculta.

15.03.2025 12:30

Imagina que vas a un supermercado a comprar productos “saludables”.

Yogur bajo en grasa, pan integral, batidos preparados etiquetados como “bio”. ¿Pero qué pasa si la mayoría de ellos son una trampa de marketing?

Hay un ingrediente que se añade a casi todo y que puede arruinar todos tus esfuerzos por comer bien.

Productos
Foto: © Belnovosti

Estamos hablando de azúcar. Sí, esto no es novedad, pero su cantidad en productos “saludables” es disparatada. Por ejemplo, un vaso de jugo comprado en una tienda puede contener tanta azúcar como un vaso de cola.

Y los quesos bajos en grasa a menudo compensan su sabor con edulcorantes. El problema es que el azúcar es adictiva, afecta los niveles de insulina y provoca fluctuaciones repentinas de energía.

Comes una barra de chocolate “saludable” y una hora después vuelves a tener hambre e irritabilidad.

¿Pero cómo podemos saber si se trata de azúcar oculta? Lea atentamente los ingredientes.

Incluso si el paquete dice "sin azúcar", busque las palabras: jarabe de agave, maltodextrina, fructosa, melaza. Todas estas son sus formas disfrazadas.

Cuanto más cerca esté un ingrediente del principio de la lista, más cantidad habrá en el producto.

Prueba a cocinar en casa durante una semana: avena con frutos rojos, ensaladas de verduras con aceite de oliva, pollo al horno. Te sorprenderá con qué frecuencia tendrás menos ganas de picar algo.

Otro mito es la necesidad de comer cada 2-3 horas. Mucha gente cree que esto “acelera el metabolismo”, pero en realidad este enfoque no es adecuado para todos.

Comer bocadillos con frecuencia mantiene altos los niveles de insulina, impidiendo que el cuerpo utilice la grasa como fuente de energía.

Pruebe el ayuno intermitente: por ejemplo, coma durante 8 horas y beba agua o té de hierbas durante las otras 16.

Esto no sólo normaliza la digestión, sino que también te enseña a distinguir el hambre real del aburrimiento o la sed.

Una alimentación saludable no es sinónimo de una dieta estricta. Lo principal es la concientización.

No tengas miedo de experimentar: sustituye los dulces por frutas y el pan blanco por cereales integrales.

Con el tiempo, tus papilas gustativas se adaptarán y comenzarás a sentir el verdadero sabor de la comida sin aditivos innecesarios.

Igor Zur Autor: Igor Zur editor de recursos de internet


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