Probablemente hayas visto anuncios de "bayas milagrosas", "semillas mágicas" y otros productos exóticos con un precio que parece oro.
¿Pero qué pasaría si te dijera que el superalimento más poderoso ya está en tu refrigerador y cuesta solo unos centavos? Estamos hablando de... remolachas comunes y corrientes.
Sí, sí, el mismo que se usa para hacer borscht. Los científicos han demostrado desde hace mucho tiempo que su composición no es inferior a la del açai o el goji de moda.

Antioxidantes, hierro, vitaminas B: todo esto se encuentra en esta humilde raíz vegetal. Pero ¿cómo convertirlo en una “bomba” de salud?
El secreto está en la forma cruda. La remolacha rallada con manzana y nueces no es sólo una ensalada, sino un aporte de energía para todo el día.
Y si exprimes el jugo y lo mezclas con jugo de zanahoria, obtienes una bebida que limpia los vasos sanguíneos mejor que cualquier cóctel desintoxicante.
Pero hay un matiz: las remolachas aman la compañía. Su hierro sólo se absorbe con la vitamina C, por lo que se le puede añadir jugo de limón o pimiento morrón. Otro truco: hornear remolachas en papel de aluminio.
De esta manera conserva los máximos beneficios y adquiere un sabor dulce que conquistará incluso a los niños. Deja de pagar de más por productos extranjeros: tu salud ya está creciendo en el jardín bajo tus pies.