La sal, sin duda, es un aditivo muy necesario, pero no hay que abusar de ella.
El exceso de sal provoca una variedad de problemas de salud, desde presión arterial alta hasta problemas renales.
Incluso si intentas utilizar menos sal al cocinar, sigue estando presente en tu dieta. Afortunadamente, los siguientes consejos pueden ayudarle a reducir su consumo de sal a la mitad.
1. Empiece a comer más frutas y verduras frescas y consuma leche baja en grasa.
2. Si hablamos de verduras enlatadas, se recomienda enjuagarlas con agua antes de comerlas para eliminar el exceso de sal.
3. Si compras alimentos procesados, estudia detenidamente su composición para elegir aquellos que contengan menos sal. La cantidad recomendada no supera los 140 mg.
4. Incluye en tu dieta grasas vegetales, como las que se encuentran en el aguacate, la soja o los frutos secos.
5. Intente cocinar su propia comida y minimice el consumo de comida rápida; esto le ayudará a controlar la cantidad de sal en su plato.
6. No reemplaces las especias con sal: en su lugar, puedes condimentar los platos con jugo de limón, pimienta y ajo, o usar hierbas.
7. Por lo general, se encuentra mucha sal en las salsas: ketchup, aderezos para ensaladas, etc. Hay una manera: intenta cocinarlos con tus propias manos.
8. Antes de agregar sal a su desayuno, almuerzo o cena, pruébela; es posible que descubra que no necesita sal en absoluto.
9. Vigila el peso de tus porciones: cuanto más grande sea, más sal entrará en tu organismo.
10. Actúe poco a poco: para dejar de sentir el sabor de la comida salada, primero mezcle los platos sin sal con los habituales. Con el tiempo, notarás que la diferencia entre ellos ha desaparecido.