Es necesario renunciar a cualquier sustancia útil sólo por recomendación de un médico, pero esto no impide que las personas que eligen una dieta baja en carbohidratos para perder peso.
Quienes pierden peso citan como argumento la “mala reputación” de los carbohidratos, porque se cree que contribuyen al aumento de peso.
Pero por alguna razón todo el mundo olvida que son los carbohidratos los que proporcionan al cuerpo la energía necesaria para la vida.
Esto es lo que amenaza con un rechazo total de este nutriente.
La pérdida de peso es ciertamente una ventaja, pero ocurre debido al exceso de agua, no de grasa, por lo que pronto el peso puede volver, y esto es un verdadero inconveniente.
Si reduce la cantidad de carbohidratos en su dieta, el contenido de proteínas y grasas aumenta automáticamente. ¿Dónde se puede conseguir fibra que sea buena para la digestión? No se sorprenda por una ligera sensación de náuseas: este es el primer signo de una dieta desequilibrada.
Muy a menudo, las personas que abandonan los carbohidratos experimentan mal aliento, que inicialmente aparece debido a la eliminación del exceso de agua, y cuando el cuerpo comienza a utilizar las grasas como fuente de energía, aparece el olor a acetona.
Afortunadamente, este efecto secundario suele desaparecer después de un par de meses a medida que el cuerpo se adapta a la nueva dieta.