Si no eres diabético, aun así debes abandonar algunos hábitos, ya que de lo contrario pueden dañar tu salud.
El desayuno ayuda a normalizar los niveles de azúcar en sangre a lo largo del día. Por eso, no renuncies a un desayuno abundante para evitar picos de azúcar.
Los edulcorantes bajos en calorías aumentan el riesgo de diabetes, especialmente en personas obesas.
Las personas con niveles altos de azúcar en sangre deben evitar esta bebida; de lo contrario, con cada taza que beben, el riesgo de un aumento aún mayor de glucosa solo aumenta.
La falta de sueño provoca la producción activa de la hormona cortisol, que a su vez provoca hiperglucemia y resistencia a la insulina.
Resfriados y enfermedades inflamatorias. Al combatir los gérmenes, se liberan en la sangre sustancias que pueden aumentar el azúcar, por lo que es importante beber muchos líquidos durante una enfermedad.
Es peligroso no sólo para las personas sanas, sino también para los diabéticos, este hábito está plagado de complicaciones graves: problemas con el corazón, la visión, el flujo sanguíneo en las extremidades inferiores y daños a los nervios.
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