La nutrición del tipo de sangre fue inventada por el médico naturopata estadounidense Peter D'Adamo, según cuya teoría el cuerpo humano digiere mejor los alimentos, absorbe vitaminas y minerales más activamente y es menos susceptible a procesos inflamatorios si los alimentos coinciden con su tipo de sangre.
Por ejemplo, desde el punto de vista del autor de este tipo de dieta, las personas con el primer grupo sanguíneo son cazadores, descendientes de pueblos primitivos que cazaban y comían principalmente carne, por lo que conviene ingerir alimentos ricos en proteínas y bajos en carbohidratos.
El segundo grupo, respectivamente, son los “agricultores”, lo que significa que se les recomienda una dieta basada en plantas.
El tercer grupo, cree Peter D'Adamo, se originó entre nómadas y puede comer una variedad de alimentos, y el cuarto es mixto, por lo que se consideran saludables los mariscos, el tofu y el queso feta, el cordero, el venado, el conejo, etc.
¿Es esto realmente cierto?
Muchos científicos ven esta teoría con reservas y señalan con razón que la base empírica que la respalda simplemente no existe.
La Asociación Dietética Británica incluso incluyó la nutrición del tipo de sangre entre las 5 peores dietas debido a que la dieta que contiene se compila de acuerdo con tablas comunes a todos y, por lo tanto, puede dañar a una persona.
La inconsistencia de la teoría de D'Adamo también fue notada por científicos de Canadá, que durante un mes observaron a personas que seguían dicha dieta; no se encontró evidencia que confirme los beneficios de una nutrición basada en el tipo de sangre.
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