Mucha gente cree que la pasta es el enemigo número uno de quienes quieren perder kilos de más. Sin embargo, esta es una idea errónea. Incluso con una dieta estricta, puedes comer pasta si la eliges correctamente.
Actualmente existen muchos tipos, pero su elección siempre debe abordarse de manera responsable. Un ejemplo sencillo: si vas a una tienda normal, es poco probable que encuentres en los lineales el producto que necesitas.
Es necesario estudiar detenidamente la composición del producto. La pasta ideal para la dieta debe estar elaborada con ingredientes naturales, como harina integral, o la harina debe ser de otros cereales, como quinoa o guisantes.
La pasta integral es una excelente fuente de fibra y rica en complejos vitamínicos. Promueven la sensación de saciedad durante mucho tiempo y ayudan a controlar el apetito.
La pasta hecha con harina refinada carece de la mayoría de los nutrientes y puede provocar que los niveles de azúcar en sangre suban y bajen rápidamente, lo que provoca un aumento del hambre.
Aparte de la pasta tradicional, existen gran variedad de alternativas en el mercado. Los más populares incluyen pasta de:
1) calabacín;
2) zanahorias;
3) maíz.
Su sabor y propiedades beneficiosas seguro que te sorprenderán. Siempre puedes experimentar, lo principal es estudiar cuidadosamente la composición.
No importa qué tipo de pasta utilices, es importante recordarla con moderación. El consumo moderado de cualquier producto le permite lograr el resultado de peso deseado. Puede ganar kilos de más incluso con alimentos dietéticos.
Anteriormente te contamos qué dieta se considera no menos saludable que la dieta mediterránea.