A veces, incluso los cocineros experimentados notan con disgusto que el pescado frito queda tan seco que ya no quieres comerlo.
Si te has encontrado con una situación similar, nos apresuramos a compartir contigo un pequeño truco, tras el cual el pescado que cocines siempre quedará sabroso y jugoso.
El truco consiste en remojar el pescado antes de mojarlo en masa o empanizarlo.
Para ello necesitarás leche, a la que deberás añadir una pizca de sal.
El pescado debe pasar aproximadamente de 30 a 60 minutos en esta “adobo”; el tiempo exacto depende del tamaño del filete.
No sólo el pescado quedará adecuadamente remojado y rezumará jugo en la sartén, sino que la leche eliminará ese olor tan odioso.
La sal, a su vez, hará que el filete de pescado sea más elástico y el plato definitivamente no se desmoronará.
No hay necesidad de preocuparse de que después de remojar el pescado adquiera un sabor lechoso; no se notará en el plato terminado.
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