Normalmente, para freír patatas, chuletas o cocinar cualquier otro plato en una sartén utilizamos aceite vegetal, normalmente aceite de girasol.
Las amas de casa tienen varias razones para ello.
En primer lugar, el aceite de girasol refinado es inodoro y, en segundo lugar, es bastante asequible en términos de coste y disponibilidad en las tiendas.
Pero con la aparición en los lineales de los supermercados del aceite de coco, considerado más saludable, muchas amas de casa expresan el deseo de pasarse a este producto para freír.
De hecho, nadie prohíbe hacer esto, especialmente porque los alimentos fritos en aceite de coco adquieren un agradable aroma.
Es cierto que todavía no está de más conocer algunas sutilezas. Así, por ejemplo, será mejor si eliges aceite de coco refinado, ya que tiene un punto de humo más alto (230 grados).
Apresurémonos a explicar lo que esto significa. De hecho, todo es simple: si no calienta la sartén por encima de este valor, no se formarán sustancias nocivas durante el proceso de fritura.
Determinar si el aceite ha alcanzado su punto de humo es aún más fácil: empezará a humear.