Los bizcochos son la base para la elaboración de una amplia variedad de productos de repostería, desde tartas hasta bollos.
Sin embargo, si se cometen algunas imprecisiones durante el proceso de cocción, lo más probable es que el bizcocho se asiente después de hornearlo.
Para evitar que esto suceda, primero asegúrate de que el bol que utilizas para batir los huevos esté limpio y seco.
La misma regla se aplica al batidor y a la fuente para hornear.
Tenga en cuenta: debido al hecho de que con el tiempo se forman microgrietas en los platos de plástico, en las que se acumula grasa y otra suciedad, tiene sentido elegir solo recipientes de vidrio o metal para preparar galletas.
Otro punto importante tiene que ver con la herramienta que utilizas para mezclar los huevos batidos con los demás ingredientes.
En ningún caso debe ser una cuchara, ya que esto hará que se escape aire de la masa y provocará que el bizcocho se asiente.
Y viceversa: una espátula de silicona o de madera te vendrá muy bien.