La tortilla se considera uno de los platos más sencillos y rápidos. Por eso se suele preparar por la mañana.
Sin embargo, incluso un plato tan sencillo se puede convertir fácilmente en una obra maestra culinaria.
Para ello, basta con cambiar ligeramente la composición del aceite en el que planeas freír el plato.
Por lo general, la mezcla de huevo y leche se vierte en una sartén, donde ya hay un poco de aceite vegetal.
Los gourmets recomiendan no apresurarse. Primero, debes agregar un componente secreto al líquido viscoso. Y solo después puedes poner la base de la tortilla en la sartén.
Debes ponerle un trozo de mantequilla y esperar hasta que el producto añadido se derrita.
El resultado debe ser una mezcla de aceite en la que freír la tortilla.
Si sigues esta sencilla recomendación, el plato quedará especialmente sabroso.
La tortilla se dorará y tendrá una corteza deliciosa en el fondo. Además, aparecerá un aroma interesante.
Esta ya no será la sencilla comida de la mañana a la que muchas personas están acostumbradas.
Una tortilla cocinada con una mezcla de mantequilla y aceite vegetal es un plato elegante y abundante que vale la pena comer antes de ir al trabajo o a la escuela.