Muy a menudo, los gourmets desean preparar caldo de pescado.
Después de todo, con esta decocción puedes hacer una magnífica sopa de pescado u otro tipo de sopa.
O simplemente puedes comer el caldo con galletas saladas: también quedará muy sabroso.
Sin embargo, es poco probable que comer alimentos le dé placer a una persona si el plato resulta turbio y poco apetecible.
Para que el caldo de pescado sea sabroso y claro, debes seguir varias reglas culinarias importantes.
Ciertos tipos de pescado son los más adecuados para hacer caldo.
Buenas opciones son la trucha, el lucioperca, el salmón y la perca.
Se debe quitar la cubierta exterior del pescado. Lo mismo hay que hacer con las branquias y las aletas.
Pero conviene dejar la cabeza y la cola, sobre todo si hablamos de pescado rojo.
Después de cortar el pescado, libre de todas las partes innecesarias, se debe lavar el pescado.
Además, el procedimiento debe realizarse con cuidado. Todos los trozos de pescado deben estar limpios.
Bajo ninguna circunstancia se debe colocar el producto procesado en agua hirviendo.
Por el contrario, conviene poner los trozos de pescado en una cacerola y solo luego verter el líquido filtrado en el recipiente, que, por supuesto, debe tener una temperatura baja.
En este caso el tratamiento térmico del pescado se realizará correctamente. El caldo permanecerá transparente, adquirirá un bonito color y la consistencia adecuada.
Para mejorar el sabor del plato, conviene utilizar aditivos.
La presencia de ingredientes verdes, cebolla y zanahoria es bienvenida. Es bueno si hay hojas de laurel en el caldo que se está preparando.