Un huevo duro ideal tiene una yema de color amarillo brillante.
La aparición de un tinte grisáceo o verdoso es una mala "señal". Dice que el plato estuvo cocinado durante demasiado tiempo.
Para evitar que los huevos duros queden "gomosos" y sin sabor, es necesario seguir varias reglas de cocción importantes. Y no hablamos sólo del tiempo de cocción.
Es necesario prestar atención a muchos otros puntos: desde la elección de los platos hasta las acciones posteriores a la finalización de la cocción.
Hervir los huevos en un recipiente mediano. No se puede coger una cacerola demasiado pequeña: esto puede provocar la aparición de numerosas grietas en la cáscara.
Pero los platos demasiado voluminosos tampoco son adecuados: los huevos no deben rodar por el fondo de la sartén.
Definitivamente no vale la pena ahorrar líquido. Debe verter tanta agua en el recipiente que este volumen sea exactamente suficiente para cubrir completamente el producto.
De lo contrario, el plato no se calentará de manera uniforme.
La presencia de cloruro de sodio en el líquido en el que se hervirán los huevos reduce el riesgo de grietas en la cáscara.
El producto debe colocarse en la cacerola después de que el líquido haya hervido.
Además, bajo ningún concepto se deben tirar huevos al contenedor. Deben colocarse con cuidado con una cuchara. Entonces la superficie del producto conservará su integridad.
El tiempo de cocción debe ser de ocho minutos. Transcurrido el tiempo, se debe colocar el plato en un recipiente con agua fría (o mejor aún, con hielo).
Esta acción detendrá el proceso de cocción, que puede continuar incluso después de retirar los huevos del líquido hirviendo.
La refrigeración no solo mantendrá los huevos en el nivel deseado de cocción, sino que también hará que pelarlos sea más fácil.