Sólo hay unos pocos trucos sencillos que se interponen entre las poco apetecibles “papillas” y las patatas doradas.
Si tienes en cuenta estos matices a la hora de preparar tu guarnición favorita, el resultado superará cualquier expectativa.
La guarnición ideal se distingue por una corteza dorada. Muchos cocineros inexpertos tienen dificultades con esto, porque las patatas se parecen más a un "puré de patatas frito".
1. No revuelvas las patatas con demasiada frecuencia con una espátula. Idealmente, esto no debería hacerse más de 3 o 4 veces. Sin embargo, no debes apresurarte con el primero de ellos.
Si revuelves la guarnición con demasiada frecuencia, la corteza no quedará la más apetitosa. Además, el plato terminado se convertirá en "papilla".
2. Los cocineros experimentados recomiendan salar las patatas al final. De lo contrario, la verdura soltará líquido, que junto con el aceite creará las condiciones para una especie de guiso. El resultado serán rodajas suaves y grasosas.
3. Antes de freír, quitar el exceso de almidón. Para ello, coloca las patatas picadas en agua fría durante 15-20 minutos.