Cocinar un trozo entero de carne a menudo termina en un fracaso culinario.
Por lo tanto, el plato puede resultar demasiado duro. O, por el contrario, demasiado blandos y no del todo cocidos.
¿Cómo se puede garantizar que el tratamiento térmico de la carne de vacuno dé como resultado un trozo de carne sabroso y jugoso?
Para ello, la comida debe prepararse en dos etapas. No puedes limitarte a freír en una sartén o simplemente hornear en el horno.
En primer lugar, la carne se debe procesar en una sartén. El producto se debe freír durante un tiempo en una pequeña cantidad de aceite vegetal.
El proceso de cocción debe continuar hasta que aparezca una costra sólida en un solo trozo de carne.
La carne parcialmente cocida se debe retirar de la sartén y colocar en el horno. El resultado final debe ser un plato muy sabroso y tierno.
El plato quedará excelente solo por el “doble” procesamiento (estufa + horno). La primera etapa ayudará a conservar el jugo de la carne y la segunda hará que el plato esté completamente listo.