La mayoría de la gente no ve mucha diferencia entre dos verduras similares: el calabacín y el calabacín. Además, hasta cierto momento, es casi imposible para alguien no iniciado en los matices agrícolas distinguirlos entre sí.
¿Significa esto que no hay diferencia y que las verduras son absolutamente intercambiables?
Intentemos averiguar si hay alguna diferencia entre dos verduras similares y cuál es más útil.
En términos culinarios, las amas de casa prefieren el calabacín porque el calabacín casi no mantiene su forma.
Pero el calabacín es un puré excelente para la comida del bebé, ya que el calabacín es una verdura más densa y menos jugosa.
Pero, si guardas el calabacín en el jardín, encontrarás muchas semillas duras e insípidas, y su núcleo parecerá algodón (igual de insípido).
Al mismo tiempo, las paredes de la verdura se vuelven menos densas y más sueltas.
En este sentido, el calabacín mantiene su forma con seguridad.
Y las verduras también difieren en color. El calabacín es más pálido, mientras que su contraparte es más colorido y en su mayoría de color verde brillante.
El calabacín dietético se compone de más del 90% de agua y se recomienda para problemas gastrointestinales y niveles elevados de colesterol malo.
Contiene vitaminas A, C, K, vitamina B6, además de folato, tiamina y oligoelementos (manganeso, potasio, magnesio, cobre y fósforo).
Esta verdura es menos jugosa y ésta es prácticamente la única diferencia en términos de utilidad.
Por lo demás, es igual de bueno con una dieta baja en carbohidratos. Está recomendado para diabetes tipo 2, problemas gastrointestinales y colesterol malo.
Las verduras se diferencian entre sí sólo por la forma, el color y el contenido de jugo.
Adecuado para nutrición dietética, y la única diferencia significativa es la finalidad culinaria.